Ayer la Unión de Actores y Actrices, en colaboración con los Teatros Luchana, organizó dos mesas redondas en torno a la Ley de Igualdad, en la que participaron tanto personalidades del mundo político como del artístico, y que culminó con la participación del ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

“Este es un pasito más en una sociedad enferma de machismo”, dijo Iñaki Guevara, Secretario General de la Unión de Actores, antes de dar paso a los primeros ponentes. “Una escena que apoye la igualdad es mucha más práctica que cientos de jornadas, charlas o libros”. De esta forma tomaron relevo Ángeles Álvarez, diputada y portavoz de igualdad del PSOE; Sofía Castañón, diputada y portavoz de igualdad de Unidos Podemos; y Patricia Reyes, diputada y portavoz de igualdad de Ciudadanos. La mesa, moderada por la Secretaria de Igualdad de la Unión de Actores, Berta Ojea, comenzó con una pregunta: ¿Dónde se sitúa la igualdad en estos momentos? “Tenemos muchas brechas que romper” inició Ojea. “Este aniversario sirve para ver dónde estamos y hacia dónde queremos ir pero, sobre todo, hacia donde deseamos ir”.

Para Patricia Reyes, las mujeres tienen que seguir siendo “muy pesadas” con el tema de igualdad, pues sólo de esa forma pueden formar mayoría para impulsar propuestas relacionadas con ella y la cultura. “La igualdad es trasversal y es necesario ese impacto de género en todos los ministerios, cosa que no se está haciendo”. A lo que Sofía Castañón añadió: “Hay que cuestionar ese canon que nos viene dado y que hace que haya menos personajes protagonistas de mujeres y menos de futuro”. Ángeles Álvarez, por su parte, reconoció la importancia de seguir dando pasos para impulsar la igualdad en todos los espacios: “La gente del mundo de la cultura estáis llamados a jugar un papel fundamental”.

Así, la conclusión principal de esta mesa, que cerró con las palabras de las representantes de los tres partidos políticos, fue que si bien la cultura debería ser el gran avance, se encuentra en una situación “conservadora”. “Tiene que ser transformadora”, concluyó la portavoz de Podemos. “La fijación de poder, no”. Una postura que la representante de Ciudadanos quiso corroborar: “La cultura forma a las personas. Es parte fundamental del ser. Por eso hay que actuar”.

Una cuestión que, en durante el segundo coloquio, pudo verificarse con datos y la opinión de las principales representantes del sector: Virginia Yagüe, directora de CIMA; Elvira Herrera, miembro de ARAE; Juana Escudero, miembro de Clásicas y Modernas; y, Berta Ojea, Secretaria de Igualdad de la Unión de Actores. El debate se centró en la posición de las mujeres 10 años después de la Ley de Igualdad.

“Vivimos en sociedades que han declarado abiertamente su compromiso por la igualdad pero encontramos con realidades en que esa igualdad no es efectiva”, apuntó Virginia Yagüe, para quien el cine español se encuentra en manos masculinas, lo que cercena el contenido y hacer ver a la mujer en una posición estereotipada. “Nuestro trabajo”, corroboró Berta Ojea, “es convencer no sólo a las instituciones públicas sino exigir su cumplimiento. Hay una labor enorme que es la de convencer y tomar alianzas con la industria cultural”.

La tarde finalizó con la intervención del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien instó al Parlamento a exigir que se cumpla la Ley de Igualdad y comprometiéndose a sentarse con la industria cultural para atajar esta cuestión. “La ley de igualdad”, explicó sobre su origen, “es una ley ambiciosa. Tiene una vocación general, transversal. Llegó a reformar 25 leyes combatiendo discriminaciones y dando lugar a nuevos derechos y transformaciones”. De esta forma, Zapatero alegó que de la misma forma que en la justicia se exigen informes periódicos sobre avances de la participación y formación de los jueces sobre los principios de la ley, debería realizarse una reflexión y una acción concreta para ver qué poderes públicos han cumplido los mandatos en materia de igualdad de género recogidos, en el caso de la cultura, en el artículo 26. “Sería fundamental”, concluyó, “convocar a la industria cultural e intentar establecer un compromiso político y social de aquí a 10 años”.